Flash le allana el camino a los spammers…

y quién sabe a quién más…

Navegando por ahí, uno puede enterarse de un montón de estupideces.

Podemos encontrar noticias impresionantes, que después descubrimos que son simplemente fakes.

Perooooo….. a veces, nos encontramos con algunas «sorpresitas» en donde menos lo esperábamos.

El archi-recontra-requete-conocido Flash, cuyo nombre completo es Adobe Flash Player, es una trampa silenciosa.

Una trampa tan poderosa -más bien habría que decir: jodida-, que los navegadores no pueden protegernos de ella.

¿Alguno sabía que Flash deja cookies tan arraigadas en nuestra computadora que los navegadores cuando reciben la orden de «limpiar las cookies» generadas por este programa no pueden hacerlo?

Pueden creerme o no.

Lo mejor es hacer como santo Tomás, que era de los que decían «ver para creer». Voy a citarlo:

Para ver lo que dijo, agarren la biblia. Busquen el Nuevo Testamento. Vayan a Juan. En 20,26:

«Dijéronle después los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Mas él les respondió: Si yo no veo en sus manos la hendidura de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero que hicieron, y mi mano en su costado, no lo creeré (Mt 28,17; Mc 16,14).

Pues bien, ahora voy a mostrarles los agujeros para que puedan comprobar lo que digo.

Son los agujeros de seguridad de la computadora en la que están leyendo esto.

Vayan a esta página de Macromedia y vean que aparece una ventana como esta, pero con datos que están en su computadora.

Están ustedes viendo el contenido de la solapa de la extrema derecha y podrán apreciar que si desplazan con las flechitas hacia abajo y hacia arriba los sitios que han dejado sus cookies y que nunca ha sido posible eliminar.

Por supuesto, hagan click en Eliminar todos los sitios.

Listo. Primer paso realizado.

Ahora el segundo:

Hagan click en la segunda solapa contando desde la izquierda.

Les aparecerá esta ventana:

Desmarcar donde dice: Permitir que el contenido de Flash de terceros almacene información en el equipo.

Listo. Segundo paso realizado.

Y ahora el tercero -y no por éso menos importante-, de los pasos.

Vuelvan a la solapa de la extrema derecha.

Coloquen el puntero en cualquier parte de la página que no sea un link.

Opriman el botón derecho del mouse.

Escojan la opción de añadir esta página a marcadores si usan Firefox.

O agregar a favoritos si usan Internet Explorer.

Sería conveniente entrar cada tanto para ver si se siguen acumulando cookies o no.

La duda que me queda dando vueltas en la cabeza es: ¿Lo hicieron sin darse cuenta del riesgo que representa, o con alguna intención solapada?

Supongo que nunca lo sabremos.

Tengo que darle todo el crédito a Matuk, que es de donde saqué la información.

No cortes la cadena

Doy por seguro que si tenés una dirección de correo electrónico, habrás recibido más de una vez – muchas más – mensajes de amigos y/o conocidos que te enviaban un mensaje de amor, paz, felicidad u otra cosa positiva.

También te habrán enviado mensajes que te servían para alcanzar alguna meta – espiritual o material – si observabas ciertas reglas.

Muy probablemente te habrán llegado pedidos de ayuda para gente – la mayoría niños – con poco conocidas, pero graves enfermedades.

Todo este tipo de correspondencia tiene algo en común: en todos los casos te piden que los reenvíes a tus amistades y conocidos. Sigue leyendo