Chiste políticamente correcto

– ¿Qué le dice una pared a otra?
– Nos encontramos en la esquina.

DISCLAIMER :

1) La intención de este chiste no es ofender a las paredes.
2) Tampoco es mi intención hacer un feo a otras estructuras, como vallas o verjas, a las cuales también se podría aplicar el chiste; se ha usado solamente ‘pared’ por sencillez, sin ánimo despreciativo.
3) La alusión a la esquina no tiene nada que ver con la prostitución. El autor del chiste no se responsabiliza de otras posibles malinterpretaciones que se pudieran hacer del chiste.
4) La esquina a la que intenta referirse el chiste es una esquina en la que confluyen DOS paredes. Esto no implica que el autor considere obsceno el encuentro de tres o más paredes en una única esquina, simplemente no se menciona.
5) Existen esquinas en las que alguna de las paredes tiene una posición dominante sobre la otra; se hace explicito que el chiste no se refiere a, ni implica, ninguna de estas circunstancias.
6) El chiste no hace ninguna aseveración acerca de la edad, sexo, tendencia sexual, religión, nacionalidad, raza, integridad física, estado civil o ideología de las paredes implicadas, ni implícita ni explícitamente.
7) El chiste tampoco hace ninguna suposición, ni implícita ni explicita, sobre las razones por las que las paredes se encuentran, o sobre si este encuentro es consensual o no.

8) El chiste no hace alusión a ningún par de paredes en concreto; en consecuencia, no debería ser entendido como una intromisión en la vida particular de ninguna pared, o como una violación de su intimidad. Cualquier coincidencia o similaridad con la vida real es pura casualidad.
9) Lo de la esquina entre dos paredes no es ninguna alusión sexual.
10) El autor del chiste pide humildemente perdón a cualquier persona, animal o cosa que se sienta ofendida y/o aludida por el chiste anterior y pretende dejar claro que no era ésa su intención.

Día de la mujer

Walter Ego: Es el día de la mujer!!!…

Yo: Sí.

W.E.: ¿Y por qué?

Y.O.: Mmmmm. No sé.

W.E..: ¿Es como un día del animal pero para uno aún más inferior?

Y.O.: ¡No seas bestia!

W.E..: ¿Acaso hay un día del hombre?

Y.O.: Nnno.

W.E.: ¿Entonces?

Y.O.: Entonces… ¿qué?

W.E.: …Que tengo razón.

Y.O.: ¡Dejate de decir pavadas! ¿querés?

W.E.: Entonces tendré que demostrártelo con un informe científico…

Y.O.: ¿De qué estudio me estás hablando?

W.E.: De uno que demuestra palmariamente que la mujer es inferior.

Y.O.: ¡Por favor!

W.E.: Fijate. Es IM PER DI BLE:

La mujer es inferior

«Cabellos largos, ideas cortas» (Schopenhauer)

A fuerza de alaridos e incongruencias, miles de revolucionarias reblandecidas se debaten, no sin torpeza, en el estéril intento de demostrar que «la mujer es igual al hombre».
Sigue leyendo

El buen sentido, según Descartes

Transcribo aquí las palabras iniciales de El Discurso del Método. Seguramente lo terminarás de leer con una sonrisa y estarás de acuerdo con él. Tuvo tanto sentido común como vos. 😉

El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él que aun aquellos que son más difíciles de contentar en todo lo demás, no acostumbran a desear más del que tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien atestigua ello que el poder de bien juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y asimismo, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por distintas vías y no consideramos las mismas cosas. Pues no basta con tener la mente bien dispuesta, sino que lo principal es aplicarla bien. Las más grandes almas son capaces de los mayores vicios tanto como de las mayores virtudes, y los que no caminan sino muy lentamente pueden avanzar mucho más, si siguen siempre el camino recto, que los que corren apartándose de él.

René Descartes (La Haya, 1596 – Estocolmo, 1650)

La idoneidad de un candidato

Yo puedo hablar de la Argentina por el derecho que me da el haber nacido y vivir aquí.

Ese mismo derecho lo tienen quienes han nacido aquí, y por los motivos que sean, estén viviendo en otro país.

Habría que hacerlo extensivo a quienes habiendo nacido lejos, viven por las razones que sean, en este país.

Por último, también tienen derecho a opinar quienes desde afuera – y bajo la óptica que les dan las costumbres y culturas de todos y cada uno de los países del globo – miran hacia la Argentina. Sigue leyendo