Dinero plástico

Siempre que escuché hablar de «dinero plástico», se hacía referencia a la tarjeta de crédito.

Con sorpresa descubrí que en algunos países, dinero plástico define a los billetes de uso corriente.

Tuve la oportunidad de tener en mis manos un par de billetes de dólares australianos, uno de 5 y otro de 20, y compararlos con los pesos argentinos del mismo valor (valor en cuanto a numeración, porque los dólares australianos valen más que los pesos argentinos).

Lo primero que me llamó la atención fue que el color era más brillante; luego, al tomarlos, la textura era diferente, eran suaves al tacto.

Noté que tenían un área transparente en el ángulo inferior izquierdo o derecho, según el valor del billete, como si tuviera una película de plástico transparente.

Imagínense la sorpresa al enterarme de que no sólo el área transparente era de plástico, sino todo el billete!

Me dijeron que aunque se olvidaran el dinero en los bolsillos, podían lavar tranquilamente la ropa, porque no se deterioraban. ¿Tendrían en mente el lavado de dinero cuando los crearon?

Me dijeron que probara haciendo un bollo con ellos, y así lo hice.

Les dejo el video para que vean la diferencia entre los billetes de plástico y los tradicionales de papel.

La pregunta del millón es: ¿Cuál de los dos tipos afecta más al medio ambiente? ¿El que obliga a talar árboles para hacerlos o el que necesita del petróleo y los productos químicos para crearlos?

He encontrado en la web que no sólo Australia tiene dinero plástico. Nueva Zelanda, Rumania, Vietnam y Brunei. También menciona a Brasil y Chile, pero según me comentaron quienes me prestaron los dólares australianos, que en Brasil no encontraron ningún billete plástico. Tendré que investigar un poco más sobre ésto.

Información en la wikipedia (en inglés).
Información desde Australia (en inglés).
Características de los billetes plásticos (en español).

Y si pasa algo… ¿a quién le reclamo?

Tere hace pocos días estaba por Barrio Norte y pasó por una galletitería (¿se acuerdan de cuando en el barrio siempre teníamos una?) y le agarró un ataque de nostalgia y entró a comprar galletitas.

Aclaro que en las galletiterías no sólo vendían galletitas; también tenían alfajores, cubanitos, y un montón más de delicias para cualquier chico.

Ya no tienen más estantes con las latas con la ventanita circular de vidrio, a través de la que podíamos ver lo que había dentro y tentarnos. Ahora todo está embolsado.

Compró tres o cuatro bolsitas de diferentes galletitas y una de ellas era de biscuits (las únicas que conocía eran las Bay biscuit, o baibiscuí, como le decíamos).

Nunca me gustaron. Por supuesto, cuando puso la bolsita en la mesa yo comí de otra clase.

Un rato más tarde, y mirando distraídamente la bolsita de los biscuits, algo me llama la atención: RNPA: en trámite.

Luego de pensar un ¡caramba!, todavía no se inscribió en el Registro Nacional de Productos Alimenticios y ya puede comercializar sus productos, agarré la bolsita y la giré para ver quién lo fabricaba.

¡Nadie!

Y éso no era lo más pior…

Decía además: RNE: no identificado.

No estaba identificado en el Registro Nacional de Establecimientos.

¡Son re-truchas!… miren el código de barras: 0000000008129.

Vean la foto que le saqué al paquetito:


Click en la foto la amplía.

Después de ver todo esto, me surgen algunas preguntas:

1.- ¿Quién fabrica este producto?
2.- ¿Cómo puede comercializarlo?
3.- ¿Es legal todo esto?
4.- Si me intoxico, ¿a quién le reclamo?
5.- La legislación argentina, permite la comercialización de productos alimenticios en estas condiciones?
6.- ¿Habrá mucha comida envasada en similares condiciones?

¡Socorro!

Me siento desamparado.

¿Qué pasa si…?

Alguna vez nos hemos hecho esa pregunta.

¿Qué pasa si le pongo azúcar a la gaseosa?

¿Qué pasa si a un vaso caliente le pongo agua helada? -y viceversa-

¿Qué pasa si voy en un coche a 100 km/h y tiro una pelota hacia atrás a 100 km/h?

Pues bien, la última pregunta tiene su respuesta.

El video está en japonés, para los que no lo hablan, les informo que no necesitan ni siquiera escuchar lo que están diciendo; los gráficos son absolutamente elocuentes.

Fíjense que el sistema lanzador arroja la pelota de manera que ésta sale girando a gran velocidad. Ése es el motivo por el que la última toma es en cámara ultra lenta, para que entiendan por qué pasó lo que pasó.

¿Buscaron acá?

George W. Bush invadió Irak en busca de las armas químicas que se suponía que tenía Sadadm Husein.

No las encontró.

Y no me extaña.

De lejos se nota que Bush no es muy inteligente. No hace falta escuchar lo que dice ni ver lo que hace.

Bien podría habernos preguntado a nosotros, los argentinos, que de onda le hubiéramos podido decir quién las tiene y quién no.

Argentina es un país que tiene todo bajo control.

Registro de armas quimicas
Con click amplía en página nueva

Si no me creen, vayan al registro y véanlo por ustedes mismos.

Está todo bien… pero… ¿y el libro?

Ayer fui con mi hijo Martín a comprar el libro Nº4 de Harry Potter. Harry Potter y el cáliz de fuego.

Fuimos al shopping Alto Avellaneda. En la librería Yenny estaba agotado, por lo que decidimos ir a Musimundo a ver si ahí sí estaba.

Encontramos el Nº1, el 2, el 3, el 5… pero no el que estábamos buscando.

Quizás estuviera en depósito, qué mejor que preguntarle a algún empleado, ¿no?

Había un muchacho con anteojos (gafas), pelo largo y cola (coleta) que estaba reponiendo DVDs en los estantes y decidí preguntarle.

Luego de palmearme el brazo, se dirigió al estante a ver si allí estaba. Como – por supuesto – no lo encontró, me dió unas palmadas en el hombro y me dijo que iría a ver en el sistema. Dió media vuelta y cuando estaba dirigiéndose hacia la computadora, se dio cuenta de que a Martín no lo había palmeado; se dio vuelta y también a él le dio unas palmaditas en el brazo.

¡Qué buena onda!, era sumamente amable, hablaba como hablaban los hippies en los sesentas, «todo estaba bien».
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