… Y sobreviví.
¡¡¡Y no sólo una vez, sino dos!!!
Lo más increíble fue que los ataques se produjeron con 5 años de separación.
El primero ocurrió en el 2009 y el segundo en 2014.
Y si aún no les parece lo suficientemente extraordinario, ambos ataques fueron hechos por el mismo animal.
En ambos casos, la agresión se produjo sin que mediara provocación alguna de mi parte.
Sé que los elefentes son animales que pueden reaccionar con violencia ante lo que en ese momento consideren una situación de peligro potencial o de invasión al espacio que consideran suyo.
Les puedo asegurar que en ninguno de estos casos invadí su territorio.
Si quieren comprobar lo que digo, les muestro las dos filmaciones del primer ataque, del que fui víctima en el 2009.