Alguna vez conté que viví 28 años en el barrio de La Boca, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Barrio antiguo, con un alto porcentaje de casas de gente trabajadora, y muchas de ellas, realizadas en madera y chapa. Paredes y techos de madera, con chapas en el exterior.
Eran casas de dos y tres pisos, con una entrada angosta, con un zaguán que desembocaba en un gran patio y con las casas de chapa rodeándolo.
En el patio había dos o tres piletones para lavar la ropa, baños y excusados.