Música lírica

Desde México, mi amigo Jorge Zamudio me envió un disco «de lujo». Armando Merino, un virtuoso del piano junto a Silvia Rizo, excelente soprano mexicana, rinden tributo a Manuel María Ponce (1882 – 1948), un compositor nacido en Fresnillo, Zacatecas.

El disco:

Manuel M. Ponce
Los 8 ciclos para voz y piano

Viene en una presentación de lujo. Una muy bien diseñada caja, en un estuche que está a la misma altura y un interesantísimo libro de 32 páginas con una completa información sobre el autor, los intérpretes y las obras. Además, todos los poemas para poder seguir la interpretación, y -para quien se anime- hacer un dueto,

El material está en español e inglés.

Manuel M. Ponce - Los 8 ciclos para voz y piano
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Matemáticas y diversión

Creo que para la mayoría de nosotros, en la escuela (sobre todo en la secundaria), estudiar matemáticas no sólo era aburrido, sino además incomprensible.

¿Para qué cuernos quería yo saber de ecuaciones con una, dos o chiquicientas incógnitas?

¿Qué utilidad práctica podían tener en el futuro teoremas como el de Pitágoras, que había muerto hacía tanto tiempo?

Era una verdadera pérdida de tiempo. La mayoría de los profesores daban la materia tal como venía «envasada» en el libro de matemáticas. Fórmulas, teorías, demostraciones y soluciones sin ningún «agregado» que las convirtiera en útiles.

Años después, cuando estaba cursando el primer año en la facultad (quise estudiar medicina. Alguna vez hablaré sobre el tema), la solución de un problema de matemáticas, me ayudó años después.
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Está todo bien… pero… ¿y el libro?

Ayer fui con mi hijo Martín a comprar el libro Nº4 de Harry Potter. Harry Potter y el cáliz de fuego.

Fuimos al shopping Alto Avellaneda. En la librería Yenny estaba agotado, por lo que decidimos ir a Musimundo a ver si ahí sí estaba.

Encontramos el Nº1, el 2, el 3, el 5… pero no el que estábamos buscando.

Quizás estuviera en depósito, qué mejor que preguntarle a algún empleado, ¿no?

Había un muchacho con anteojos (gafas), pelo largo y cola (coleta) que estaba reponiendo DVDs en los estantes y decidí preguntarle.

Luego de palmearme el brazo, se dirigió al estante a ver si allí estaba. Como – por supuesto – no lo encontró, me dió unas palmadas en el hombro y me dijo que iría a ver en el sistema. Dió media vuelta y cuando estaba dirigiéndose hacia la computadora, se dio cuenta de que a Martín no lo había palmeado; se dio vuelta y también a él le dio unas palmaditas en el brazo.

¡Qué buena onda!, era sumamente amable, hablaba como hablaban los hippies en los sesentas, «todo estaba bien».
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Libros gratis y buena atención

Hace unos días, Luis, que sabe que me gusta «acumular» libros digitales además de los de verdad, me recomendó que visitara una página que a su vez le habían recomendado.

Como ya estoy bastante «quemado» con las páginas que ofrecen libros «a vuelta de correo», no creí que este sitio fuera diferente a los que se ven desbordados por la cantidad de trabajo que representa enviar vía mail libros a todos quienes hacen pedidos y dejan de funcionar.

Me llevé una gratísima sorpresa al comprobar lo rápido que me respondieron, enviándome lo que había pedido, un par de libros de Martin Gardner.

Éso si, permítanme dejarles un par de consejitos:

1.- No hagan como yo, que porque leí que se podían llegar a pedir hasta dos (2) libros por día, no reparé en que decía que se hiciera el pedido de un libro por mail. Si bien me «perdonaron» por ser un novato en el sitio, me sentí en deuda con Carmen – una genia con muy buena onda – y pongo este aviso, para que haya menos personas que se equivoquen como yo.

2.- Si tienen una cuenta de gmail, traten de obtener una de yahoo, que con su mega de espacio, alcanza. Gmail no acepta que nos envíen archivos .RAR o con .EXEs, rebotando los envíos.

No puse hasta ahora la dirección, porque quería que leyeran mis «recomendaciones».

Pasen por la Biblioteca Virtual Brisa y vean qué tienen para ofrecerles, realmente vale la pena.

También mis «muchas gracias» para Myriam, que también aporta su buena onda.

Recetas industriales (hágalo usted mismo, si puede) I

Cómo exterminar las ratas – Receta Nº1

Un veneno muy adecuado es el que se indica a continuación:

En una botella que se mantiene sumergida en agua a la temperatura de 65°C se funde un poco de grasa de cerdo, añadiendo 15 gr de fósforo por cada 500 gr de grasa.

Se adiciona enseguida 1/2 litro de alcohol, se tapa y se agita hasta lograr una difusión completa del fósforo, a fin de obtener un líquido de aspecto lechoso.

Al enfriarse se obtiene de él un compuesto blanco de fósforo y grasa, del cual el alcohol se separa espontáneamente; este último podrá usarse de nuevo, pues no toma parte en la mezcla, siendo su único objeto permitir un fino estado de división del fósforo que facilita su incorporación a la grasa.

El compuesto obtenido se calienta suavemente y se incorpora una mezcla de harina de trigo y azúcar, aromatizándolo luego mediante el agregado de algún aceite esencial adecuado.

Se forman bolitas y se dejan a la entrada de las cuevas de las ratas.

Como la mezcla es fosforescente en la oscuridad, atrae la atención de las ratas, y al ser ingerida les produce la muerte.

Comentarios:
1)En el caso de que las ratas se hayan hecho resistentes al fósforo, podrán ser eliminadas en la noche con un rifle de aire comprimido, porque al volverse luminosas, con un poco de puntería, basta.

2)otra opción es reemplazar el fósforo por uranio enriquecido, que también brilla en la oscuridad. A diferencia de la receta original, estas bolitas, al ser mordidas estallan, eliminando definitivamente a la rata y todo signo de vida en un radio de 2 km.

La receta fue extraída del libro: 1000 RECETAS INDUSTRIALES ÚTILES Y PRÁCTICAS (The Amateur Mechanic + Work Handbooks) – Editorial Pan Americana – Impreso en Artes Gráficas Century el 21 de agosto de 1951.-