Elefante marino en la playa

Estuve pasando unos días en la playa.

Para ser más exactos, en Mar del Tuyú, en la provincia de Buenos Aires, en Argentina.

Fui con Tere y Martín; nos encanta caminar por la playa y en una de las caminatas, Tere -había ido hasta la playa vecina, Costa del Este por la playa para comprar alfajores- y me mandó un mensaje avisándome que cerca del límite entre los dos balnearios había una «foca» en la playa, que podía ir a sacar fotos.

Por supuesto, Martín y yo salimos y a los 10 minutos llegamos y sacamos algunas fotos al elefante marino (Mirounga leonina) según identificaron los de Mundo Marino.
NOTA: Tuve que inhabilitar el link al sitio de Mundo Marino, porque ha sido atacado y es un riesgo entrar allí.

Tratando de descansar en el lugar equivocado, el pobre eligió una playa con gente, perros y cuatriciclos que no hacían más que ruido.

Aguantó muchas horas, porque a eso de las 7 y media de la tarde todavía seguía allí, si bien había cambiado un par de metros de lugar, parece que todo el tumulto no impidió que descansara.

De todas maneras, la gente, que en algunos casos es absolutamente irresponsable, hizo todo lo posible por desoir las indicaciones de los biólogos de Mundo Marino y hacía que los chicos chicos se acercaran para la foto, cerca de la cabeza, como para permitirle al elefante marino alcanzar y morder si se sintiera molestado o amenazado.

El colmo de los colmos fue un guardavidas que llegó junto a una guardavidas y que haciendo gala de su (des) conocimiento sobre el tema, se acercó explicando no sé que cosas sobre lo habitual de la situación y dando muestras de manejo de la cosa y del control de la situación, se agachó y puso sus dos manos en el lomo del elefante marino e intentó acariciarlo.

Por supuesto, el animalito reaccionó y se irguió emitiendo su característico sonido, con la boca bien abierta como si buscara morder a quien estaba molestándolo.

El bañero -a esta altura ya había perdido el estatus de guardavidas- reaccionó velozmente, separándose y estando a un tris de caer de culo.

¡Una lástima, mire!

Hubiera sido una excelente lección para un idiota que haciendo gala de su ignorancia, trata de impresionar a una chica.

Y yo no estaba prerapado para semejante tontería y sólo alcancé a fotografiar cuando el «intrépido» volvió a acercarse al acostarse el elefante marino, eso sí, con un poquito más de respeto -podría decir temor sin riesgo a equivocarme- tal como se ve en la foto.

De todas maneras, en pocos segundos más, se fue del lugar. No sé si para seguir cuidando a los bañistas o para escapar del papelón.

Un consejo: Nunca toquen a ningún animal o insecto si no saben de qué se trata.

Si se van a acercar, dejen una distancia prudencial y manténganse alerta para alejarse si fuera necesario. No se pongan a tiro para no facilitar o provocar un ataque.

Aquí les dejo un videíto para que lo vean holgazanear.

El mal diseño de Disney

Hay cosas -como la comida- que entran por los ojos.

En el caso de algunos espectáculos teatrales, me sucede exactamente éso. Si la primara imagen me desagrada, quedo mal predispuesto a la obra.

Hoy, mientras tomaba mi café con leche, le eché una miradita al diario, y como el suplemento de espectáculos estaba a un costado, la imagen de la tapa me llamó poderosamente la atención.




Tuve que darle una segunda y hasta una tercera ojeada para asimilar bien lo que estaba viendo.

Había visto una enorme mantarraya y me pareció que había algunos peces y una señorita MUY LLAMATIVA.

Mi subconsciente (parecía Walter Ego) me gritó en el oído: ¡Qué son… ¿tetas?!

Tardé un momento en darme cuenta que el problema no era yo. Los diseñadores de Disney habían creado un traje en el que las caras de los peces quedaban a la altura del pecho de los patinadores, y en el caso de que fuera una patinadora, tanto la forma de la cabeza como la ubicación de los ojos -del pez, por supuesto- terminaban dando una imagen confusa.

Era nada más ni nada menos que Nemo, el pez payaso de la película Buscando a Nemo -Finding Nemo- en la versión de Holliday on Ice.

Holliday on Ice - Buscando a Nemo - Tapa fallida suplemento Clarin
Click en la foto la amplía.

Por supuesto, que si no les parece que la tapa del suplemento de espectáculos no es suficiente, están las fotos interiores, que aparecen a doble página central.

Holliday on Ice - Buscando a Nemo - Dory - Foto fallida suplemento Clarin 01
Click en la foto la amplía.

Holliday on Ice - Buscando a Nemo - Dory - Foto fallida suplemento Clarin 02
Click en la foto la amplía.




Pueden decirme lo que quieran, pero los ojitos de Dory están colocados de manera inequívoca sobre las redondeces pectorales de la patinadora… y conste que no soy un esteta. <8-D

¿Y ésto es un privilegio?

Hoy, en el suplemento de espectáculos del diario Clarìn, salió una nota sobre el actor italiano Roberto Benigni que está haciendo un espectáculo teatral que ha traído a la Argentina.

Nota a Benigni en Clarin Espectaculos

No me pareció que el tema mereciera un post en mi sitio, ya que no tiene una orientación hacia los temas del espectáculo, pero sí me impactó una frase del copete.

Incomprensible privilegio

Por si no lo notaron, dice: «… La Argentina tiene el privilegio de ser el último punto de ese extenso tour que comenzó en plazas italianas y avanzó en diversos países…»

¿Desde cuándo ser el último es un privilegio?

No me vengan con que que es el broche de oro con el que se cierra la gira, porque evidentemente hubo otras plazas que a la producción o tal vez al mismo Benigni le parecieron más importantes.

Acaso se olvidaron de la humillación de ser últimos cuando alguien cantaba: «El último es cola ´e perroooooo….»

El papel del transformista

No sé cómo definir a este artista italiano.

Cuando Martín me mostró hoy el video, inmediatamente supe que si él no lo publicaba, lo iba a hacer yo.

Ennio Marchetto, transformista italiano nacido en el ´60, utiliza para sus papeles, precisamente éso: papeles.

Utilizando la técnica del teatro negro, sus personajes van apareciendo uno tras otro de la manera más divertida.

Sus personajes se van desdoblando (o doblando, según haga falta), de la mano de Ennio Marchetto, quien los parodia a través de sus canciones.

Les recomiendo ver los videos que he puesto. El primero es el que vi originalmente; el segundo es una puesta en escena sin editar, y el tercero es una presentación para la televisón japonesa.

Tiene su propio sitio, en italiano, por supuesto, en inglés, alemán y francés. Lamentablemente no está en español.

¡Increíble!

No sé dónde fue grabado, ni para qué, ni por quién….

En definitiva, desconozco todo lo referente a esta filmación, excepto por el hecho de que es ¡IN-CRE-Í-BLE!

Ni en las más locas fantasías puede uno imaginarse a 7 automóviles (en un principio son 5) persiguiéndose en un espacio tan reducido y haciendo todo lo que hacen.

Por suerte, en los últimos segundos, aparecen personas corriendo, que muestran que los autos no son a escala, ni son un truco de algún tipo.

Todo dura 2 minutos y 32 segundos.

Es evidente que quien hizo la filmación no sabía bien cuál era la rutina de estos autos, porque en algunos momentos, la cámara los pierde y no sabe por dónde van a salir.

Les aseguno que vale la pena verlo.

ADVERTENCIA: Chicos, no traten de hacer ésto en sus calles.
😉