Desde hace unos días, Israel ha decidido invadir la Franja de Gaza y ha entrado a sangre y fuego.
Hoy, martes 22 de julio de 2014, una de las notas de tapa mencionan lo que está sucediendo.
Cualquier lector desprevenido, puede imaginar que Israel está siendo atacada, porque dice textualmente:
Obama reclama un urgente alto el fuego Israel perdió 25 soldados en Gaza
Como he insistido en más de un post, no hay que abrevar en una sola fuente.
BBC, el día anterior, 21 de julio de 2014:
Click en la foto la amplía.
Y para buscar otra muestra.
El País, el día anterior, 21 de julio de 2014:
Click en la foto la amplía.
Es difícil sacar una conclusión sobre el gusto político del diario La Prensa, ya que como es de público conocimiento es el diario de la oligarquía terrateniente de la Argentina, y es difícil dilucidar si la línea editorial es pro israelí, anti palestino, pro asesinatos masivos…
Lo único que me queda claro es que hay que tener mucha mala leche para resumir en tapa de esa manera la invasión.
Para los que no saben inglés -aunque la imagen es sumamente gráfica- les quiero decir que «Its media» se traduce como «Son los medios».
Por favor, nunca confíen en una sola fuente; y de ser posible, busquen datos de lugares y personas con miradas opuestas entre sí.
En el afán por buscar fotos impactantes que reflejen el espíritu humano de destrucción, he recorrido muchos lugares por todo el planeta, encontrando dondequiera que fuese señales de esa tendencia a hacer trizas lo que otros han construido.
Fue en Europa del Este que hice estas fotos.
¿El lugar?
Ni lo recuerdo bien ni me interesa.
¿La fecha?
Otro dato que no viene al caso.
Simplemente su vista me sirve como ejemplo de lo que el hombre puede hacer.
Estos edificios a punto de desmoronarse me hicieron sentir insignificante, no sólo por estar a muy poca distancia de su colosal volumen, sino por la sensación de miedo constante de que comenzara a caer mientras los recorría.
Seguramente no quedan registros de quiénes habitaron en su interior; ni siquiera había rastros de animales o alimañas que hayan buscado refugio.
Es ahora, mientras estoy escribiendo esto, que me doy cuenta de que debí haber corrido un gran peligro al aventurarme entre los escombros, porque los animales saben o presienten el peligro inminente y se alejan; los hombres desoimos esos mensajes y cometemos locuras como la que yo cometí al recorrer edificios a punto de caer.
Les muestro y comento las fotos:
Tuve que acercarme para cerciorarme que lo que a la distancia parecía un rostro, no lo era.
Tal vez el alma de la última persona que pisó el edificio antes de su destrucción quedó atrapada en las ruinas y aún no se ha ido.
Sea lo que sea, insisto en que en ese pedazo de muro hay un rostro que grita.
Era dable de esperar. Habiendo en esos conceptos una dicotomía, unos iban a estar a favor y otros en contra.
Es imposible que «todos» estén de acuerdo con una opinión.
Sin importar el porcentaje para cada parte, los aludidos lanzaron sus diatribas justificándolas diciendo que eran palabras ofensivas.
Sin tomar partido -por lo menos no en este sitio-, son las opiniones vertidas por alguien llamado Rodolfo Páez, que no son más que éso: opiniones. De ningún modo «institucionales» como quisieron mostrar los que fueron mencionados en su carta abierta.
Lo que voy a decir a continuación no va a tener ninguna repercusión, pero sí generará reacciones favorables y adversas entre quienes la lean.
Ni pretende ser una nota científica ni palabra «autorizada», sino simplemente el vuelco de una serie de ideas y las justificaciones de por qué arribo a tales conclusiones.
Somos gregarios.
Necesitamos manada. Y la seguimos.
Al ser muchos, no existe una definición visible de manada. Se entremezclan y confunden entre sí.
Es entonces cuando fuera de la «manada familiar», escogemos a qué manada queremos pertenecer.
En una sociedad muy básica, seguramente querríamos estar en la manada más fuerte, que nos haga sentir seguros contra los ataques, vengan de donde vengan.
Nuestra complejísima organización, hace que los valores más elegibles no sean los de la fuerza bruta en sí mismos, sino la fuerza que puedan dar el poder y la posición en la escala en la que se mide la sociedad.
Los dominantes en esta sociedad, son pocos; pero a pesar de su escaso número, tienen recursos de todo tipo para no perder su estatus y consiguen que muchos trabajen -inconscientemente- para ellos.
Sin ahondar demasiado, y sólo para referirme al tema que me interesa, diré que muestran su condición superior, pero dejan entrever que se puede acceder hasta donde ellos están. De esta manera, los que sientan que están por debajo, pero no tanto, hagan lo imposible con tal de llegar, y si no llegan, tratan de aparentar que sí lo han conseguido, imitándolos, copiando no sólo sus hábitos, sino también las ideas.
Estas ideas están destinadas a desvalorizar, demonizar y desmerecer a los que «no son como ellos».
De esta manera, los que «no son como ellos» trabajan sin saberlo para seguir aumentando la brecha, creyendo que por actuar como los de los niveles superiores, van a tener cabida en ese ámbito.
Si se fijan bien, verán que en más de una oportunidad se encontrarán hablando como si fueran líderes de manada, actuando como tales, e incluso pensando como si lo fueran.
Es simplemente una ilusión.
Los que ostentan el poder no van a permitir injerencia alguna de parte de «los inferiores».
Los que tienen mucho, tienen mucho para perder.
Los que menos tienen, tienen poco para perder y algo para ganar.
Nos venden la ilusión de que somos más de lo que realmente somos.
Alejandro Dolina reflexionó en el programa Televisión Registrada,por Canal 13 el Sábado 7 de Noviembre de 2009:
…»Con los medios de comunicación hay que tener un poco de sana desconfianza. Pasa como sucede con los espejos.
Uno crece en la inteligencia de que los espejos devuelven fielmente la imagen de quien se les pone delante. Y es una convicción muy fuerte. Hasta que por ahí, alguien, alguna mano malvada, empieza a fabricar espejos que deforman. Espejos que no devuelven la verdad, sino la mentira.
Entonces uno a la mañana, se va a afeitar, y ve a una persona rubia, uno que es morocho, una persona distinta a la que es uno. Y uno tiene tanta confianza en los espejos que incluso prevalece esa confianza por encima de la realidad.
Y uno que se sabe morocho, que ha vivido una morocha vida durante tantos años, y que ha andado entre morochos, se ve rubio en el espejo y empieza a asumir rubias conductas. ¿Porqué?, Porque desde chico nos han dicho que el espejo no miente.
Yo creo que ha llegado el tiempo de desconfiar del espejo (!). Y de pensar que a lo mejor, los fabricantes de espejos tienen intereses inconfesables que nosotros no conocemos. Intereses entres los cuales figura el de lograr que nosotros nos creamos rubios, siendo que somos morochos.
Sería mejor, entonces, más que mirar el espejo; preguntarle al de al lado, al que también es morocho, al que vive como nosotros, a ver como nos ve, que le pasa, que siente. Y mirar entonces mas la realidad y menos el espejo de la realidad.
Porque a veces ese espejo está tendenciosamente modificado y es fraudulento.»…
Es por eso que a la hora de votar, simplemente dejen de mirarse en el espejo que magnifica nuestra imagen y miren alrededor. Allí está la realidad.
Piensen de qué realidad venimos, en qué realidad estamos y a qué realidad podemos llegara volver si los que arruinaron todo, vuelven.
Las viejas recetas fracasaron en Argentina y ahora están haciéndolo en Europa y Estados Unidos.
¿Qué logros están dispuestos a perder?:
– Ley de Matrimonio Igualitario?
– Ley de (democratización) de Medios?
– Los 2 aumentos por año para jubilados y pensionados?
– La justicia para todos sin exculsión?
– Conectar Igualdad con una laptop para cada chico?
– El incremento por ley de la asignación del presupuesto para promover la ciencia?
– La independencia del Fondo Monetario Internacional?
– La importancia que a nivel político y económico está teniendo la Argentina en el mundo?
– La integración de América Latina para luchar como un bloque frente a otros bloques mundiales?
– Los más de 800 científicos repatriados?
– Las producciones record de la industria y el campo?
– La desocupación que está hoy a poco más de 2 puntos por encima de la de -por ejemplo- Inglaterra?, el país con la moneda más fuerte del mundo.
– Algún otro logro que se les ocurra?
Es solamente un voto.
Junto a otros votos más, van a decidir qué es lo que va a pasar.
No debe haber mucha gente que viva en la ciudad de Buenos Aires que no conozca el monumento al trabajo -Canto al trabajo, tal como fuera bautizada la obra-.
Es más, muchísima gente que vive en el Gran Buenos Aires lo conoce por haber pasado en más de una oportunidad por la avenida Paseo Colón, frente a la Facultad de Ingeniería, entre la avenida Independencia y la calle Estados Unidos.
Una inmensa obra escultórica de bronce que fuera creada por escultor argentino Rogelio Yrurtia, que fue inaugurada en el año 1927.
Tal como se describe en el sitio oficial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es una imponente obra destinada a resaltar el esfuerzo frente al trabajo, y cito textualmente:
«Grupo escultorico.Esta obra esta contituída por un grupo de 14 figuras que representan el esfuerzo humano en su evolución, en el afán de progreso y dignificación. Inician la marcha cuatro figuras que simbolizan la familia, constituída por un desnudo viril que simboliza El Padre, avanzando con paso firme y desidido y expresando en su rostro serenidad y esperanza. A su lado se adelanta la figura avizora de un desnudo femenino La Madre, protegiendo su vista con la mano izquierda, tratando de penetrar en el porvenir venturoso para sus hijos, estos representados por tres figuras infantiles que se ofrecen confiados bajo la protección de sus mayores. Completando la arquitectura del grupo, y dando razón al esfuerzo se presenta una roca la que es arrastrada por parte del grupo. Esta obra se ofrece equilibrada y dinámica, y sus compponentes muestran vivida expresión, dotados de animada vida interior.»
Las fotos, que si bien por un problema de iluminación (horario) no pude plasmar en toda su magnificencia, hablan por sí mismas. Recuerden que con click en la foto, se amplía.
Pero algo que seguramente muy pocos han notado es algo que se desliza en la descripción que cito más arriba…
Es imoprtante saber si Yrurtia hizo la estatua con un cierto sentido del humor, ya que si esta obra representa el esfuerzo argentino frente al trabajo, no nos pinta muy bien.
¿Por qué digo ésto?
Porque en la escultura aparecen 14 personas, mujeres, hombres y niños, todos haciendo un tremendo esfuerzo por mover una enorme roca…
… Pero ¡únicamente TRES (3) están trabajando!
Los demás están apenas simulando que trabajan con denuedo, casi como «para la foto». Los laureles para 14, pero el esfuerzo es para 3.
Es más, las posturas más aparatosas son las de aquellos que no están haciendo ningún tipo de trabajo.
¿No me creen?
Vean si les estoy mintiendo:
Cualquier semejanza entre la realidad argentina y la obra, es -seguramente- intencional.
Transcribo aquí las palabras iniciales de El Discurso del Método. Seguramente lo terminarás de leer con una sonrisa y estarás de acuerdo con él. Tuvo tanto sentido común como vos. 😉
El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él que aun aquellos que son más difíciles de contentar en todo lo demás, no acostumbran a desear más del que tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien atestigua ello que el poder de bien juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y asimismo, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por distintas vías y no consideramos las mismas cosas. Pues no basta con tener la mente bien dispuesta, sino que lo principal es aplicarla bien. Las más grandes almas son capaces de los mayores vicios tanto como de las mayores virtudes, y los que no caminan sino muy lentamente pueden avanzar mucho más, si siguen siempre el camino recto, que los que corren apartándose de él.