¿Coincidencias?

Muchas veces nos sorprendemos con ciertas «coincidencias» que nos hacen pensar que si bien Dios no juega a los dados, cuando está aburrido, se dedica a sorprendernos con «cosas que parecen imposibles».

No sé, se me ocurre una: cuando estamos tratando de evitar a alguien, es muy probable que terminemos tropezándonos con esta persona más veces de lo «normal».

Otra: la coincidencia (?) numerológica del servicio de emergencias yanqui (911) y la fecha (en yanqui) del 11 de setiembre, el día del atentado a las Torres Gemelas.

Hoy me encontré con una de esas coincidencias, que me dejaron pensando.

Los argentinos conocemos -unos más, otros menos- al Negro González Oro.

Periodista de voz profunda, que no es índice de frases ídem.

Controversial, quizás (para algunos) un tanto volcado a la derecha (extrema), ha conseguido que el público se divida entre seguidores y detractores. Muy pocos indiferentes.

Tanto es así, que lo han identificado muy claramente en esta foto.

Yo no hablo alemán, pero a veces encuentro cosas en páginas en idioma teutón.

Viendo unas fotos de una muestra sobre dinosaurios, me encontré con uno que según pude traducir, vivió hace 90 millones de años en Sudamérica.

Tamopco hablo latín, pero la descripción no me deja ninguna duda. ESTO ES MUCHO MÁS QUE UNA COINCIDENCIA.

El texto es clarito: Skelett = Esqueleto + Buitreraptor = Buitre-raptor + Gonzalezorum = González-Orum -> González Oro (el negro).

Links:

Origen de la foto del dinosaurio (la del fósil).
Datos sobre el dinosaurio (la del fósil, ésta tembién) en inglés.
Datos sobre dinosaurio (el negro) en su medio ambiente.
Datos sobre dinosaurio (el negro) al ganar el Martín Fierro por animación/conducción.

Gracias Luis por el resaltado del texto en la foto.

Haciendo dinosaurios muy reales

Todavía recuerdo las películas en las que aparecían dinosaurios -en su mayoría clase B- que pasaban en Sábado de Súper Acción los sábados…

Recuerdo que me quedaba extasiado viendo tiranosaurios tratando de comerse a unos cowboys, o a cavernícolas que apenas si tenían una docena de palabras para comunicarse entre ellos.

Eran «gigantescos» reptiles que se movían casi siempre con movimientos espasmódicos, producto -claro- de la técnica de animación que se usaba en esa época.

Desde no hace muchos años, se construyeron parques temáticos, donde se puede pasear entre esos gigantescos monstruos que tienen movimientos mecánicos repetitivos.

Pero acabo de encontrar que hemos mejorado muchísimo en cuanto a la construcción de reptiles prehistóricos.

Podemos interactuar con ellos. Pero lo que es mejor: ¡Ellos interactúan con nosotros!

Lo primero que quiero que vean es cómo se fabrican dinosaurios de distinto tamaño; unos gigantescos y otros que podrían mirarnos a los ojos sin necesidad de hacerlo desde arriba. Me refiero a los carnívoros del tamaño de un humano, para sentirnos como en la película Jurassic Park.

Ahora imagínense estar en un museo y que aparezca un dinosaurio que nos huela, nos mire, nos siga e interprete nuestros movimientos.

¡Cómo me gustaría poder tener una experiencia así!