Algunas cosas no están bien

En Argentina, los candidatos a cargos electorales utilizan para su «promoción» las paredes de las ciudades.

En un principio, militantes de cada partido «tomaban por asalto» una pared y pintaban una leyenda en apoyo a su candidato.

Los muros de lugares públicos, de fábricas, los que encerraban terrenos baldíos o los de casas abandonadas servían para ese fin.

Eran defendidas esas paredes a como diera lugar. Eran muy valiosas como para permitir que partidos políticos contrarios taparan las leyendas y pusieran las suyas propias.

No pasó mucho tiempo hasta que ciertas paredes fueron parte de algún territorio político defendido por partidarios de cualquiera de los partidos políticos que hubiera.

Con el tiempo, alguien debió haber visto el filón y fundó (informalmente, por supuesto) la primera empresa de pintadas, por lo que obtenía un cierto rédito por la tarea de blanqueado y pintado de leyendas.

En algunos lugares (frente a mi casa, por ejemplo), cambian diariamente las leyendas en algunos momentos electorales. Y no es una pared abandonada, porque la empresa funciona diariamente, pero tiene un frente de unos 50 metros de ancho sin puertas ni ventanas que dificulten la tarea de los graffitteros.

Ya no se usan las «paredes de nadie». Si mi casa tiene una parede usable, tarde o temprano será tomada por asalto.

Una pared del parque Arturo Umberto Illia, en Avellaneda es usada desde hace mucho tiempo para promocionar candidatos usando a la ¿empresa? Pico 1200, que ha extendido sus dominios en un amplísimo radio.

El hecho de ver una pared pintada con leyendas que en verdad no sé si surten el efecto buscado, el piso manchado con las salpicaduras de pintura, me da mucha rabia.

Si les molestaba una pared «en blanco», podrían haberla utilizado para realizar -por ejemplo- murales artísticos, guste o no ese estilo, porque creo que la mayoría de la gente aceptaría con más facilidad arte urbano que antiarte político.

Los pintores que toman por asalto el parque Illia, creen ser graciosos, creativos, tal vez divertidos al utilizar el busto del ex presidente para dar rienda suelta a su ¿ingenio?.

Si fue un buen presidente o no, si se comulga con sus ideas políticas o no, si se lo votó o no, creo que no importa a la hora de ver que se mancilla su imagen.

El mayor defecto que tuvo Illia cuando fue presidente, fue oponerse a ciertos grupos de poder, como por ejemplo: las petroleras, las farmacéuticas y los Estados Unidos.

Por supuesto, fue derrocado.

Mi idea política no es la del partido de Illia, pero no se puede dejar de reconocer que buscaba limitar el poder de los grupos que hacían -diría que siguen haciendo- su voluntad en pos de mayores réditos económicos.

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Para saber algo más sobre Arturo Umberto Illia en la Wikipedia.