Una Spica virgen

En la década del 60´ los argentinos escuchábamos la radio. No se «había inventado» la FM, por lo que todas las radios transmitían en AM.

Escuchábamos las noticias, música, las transmisiones de fútbol y boxeo, programas de interés general…

¡Un embole si tuviéramos que volver a esa época!

La tele no estaba las 24 hs con docenas de canales de cable, ni transmisiones en vivo de eventos internacionales, películas, series, documentales y ventas televisivas.

La música la escuchabas de discos de vinilo en el Winco o los más afortunados en el combinado, ¡que era estéreo!

En la radio, la interferencia hacía que la música sonara «no del todo bien». Lo ideal, era poner la señal de ajuste de los canales de TV, que por media hora pasaban música en altísima calidad, porque era sonido transmitido en FM, aunque no estéreo.

Muchos teníamos radios portátiles a pila, para llevar con nosotros la música y las noticias.

La más famosa de las radios en Argentina era la SPICA.

Era una radio transistorizada, que tenía «lo último» en tecnología.

Para los que no tienen idea de qué estoy hablando, les voy a mostrar lo que Cris, hace un tiempo, mostró que tenía.

La Spica estaba en su caja original, y nunca había sido usada. ¡Una verdadera reliquia!

Le pusimos un par de pilas ¡Y funcionaba a la perfección!

Aunque realmente, no sé por qué dudé de que así fuera.

Les muestro las fotos, así saben cómo era:
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Esto es no tener vergüenza

¡Cómo cambian los tiempos!

No sé si por estupidez o hijoputez, pero algunos valores se han visto subvertidos.

Hace algo más de 35 años, una fotografía tomada por un fotoperiodista (como le dicen ahora) de guerra, movilizaba a los norteamericanos haciendo que reclamaran el fin de una guerra (realmente el nombre es invasión) en un continente alejado y que no había hecho nada para merecerla.

La fotografía la tomó Nick Ut y le valió un premio Pulitzer.

Exactamente 35 años más tarde, Tim Hetherington tomaba una foto en el frente de batalla (yanky, por supuesto) que fue tomada como estandarte antibélico y elegida como la mejor foto del año (!!!!!!!!!!!!).

La foto muestra a un entrenadísimo invasor en una nación no armamentista, que luego de recibir el ataque de los defensores civiles (a los franceses les decían «la resistencia»), muestra una imagen de agobio y angustia por lo que está sufriendo… pobre…

¿Puede haber en el mundo muchos estúpidos que crean que por ver la imagen de un soldado «apenado» la gente va a protestar por la guerra?

Muchachos, a los de World Press Photo, a la embajada de los Países Bajos y a los de Clarín, les hablo:

El soldado invasor, apoyado por una cantidad casi ilimitada de armamento y recursos, que asesina civiles, no es «la» víctima.

Es el victimario.

Hay miles de hombres, mujeres, ancianos y niños afganos que están muertos por los proyectiles disparados por Brandon Olson y sus camaradas de armas.

Una verdadera imagen antibélica sería la de ésas víctimas, no la de un victimario.

Nadie va a poner en tela de juicio la angustia del soldado, pero él está para éso. Para matar o morir. Para herir o ser herido. Para destruir.

Los miles de civiles muertos no estaban entrenados para morir o matar. Ustedes mencionan livianamente la palabra «talibán», dándole un sonido que suena algo así como «monstruo» o «asesino» o «fanático».

Si invadieran a la Argentina, alguien nos podría rotular como «sudacas» o algo más local, como «peronistas» o «radicales» o «riverplatenses» o «católicos» o «humanistas» o lo que sea.

Ustedes saben que el «adecuado» uso de determinadas palabras acompañando un gentilicio, lo transforman en lo que se quiera.

La nota de Clarín comienza diciendo:

«…Las bombas habían estallado todo el día a pocos metros y el búnker podía ser invadido en cualquier momento. Tim Hetherington (38 años, inglés, fotoperiodista) desafió el pánico e hizo lo que correspondía: sacó su cámara y plasmó un retrato del momento. Hasta que se hizo la imagen: su lente captó la soledad y el sufrimiento de un soldado exhausto. Hetherington sabía lo que veía: disparó. Semanas después, esa fotografía le daría el premio mayor del World Press Photo, el concurso más prestigioso del fotoperiodismo mundial…»

Impacta la nota que acompaña a la fotografía.

Pero para que entiendan todos los responsables, comparen la foto premiada por World Press Photo:

Y la foto premiada con el Premio Pulitzer:

Sáquense la mano del bolsillo y póngansela en el corazón…

¿Cuál de las dos fotografías es antibélica?

La noticia de la foto de Afganistán.
Información sobre la fotografía de Vietnam.

Suiza – Mapa con recorrido de trenes en tiempo real

En Argentina, un día, el presidente Menem decidió «deshacerse» de los trenes estatales.

Bah, lo que dice deshacerse, deshacerse, no.

Se lo entregó a concesionarios y para evitar que estos pobres empresarios perdieran dinero, los subvencionó, por lo que los gastos los paga el Estado para que las ganancias se la pueden llevar los empresarios.

La red ferroviaria fue recortada hasta dejar una mínima cantidad de líneas y estaciones.

Muchos pueblos fueron muriendo, y muchos más lo están haciendo actualmente.

Los trenes urbanos y suburbanos no suelen caracterizarse por su servicio; por éso, cuando sé que en otros países no son negociados espúrios, siento algo que no puedo definir correctamente en la boca del estómago.

Para que vayamos viendo cómo maneja el tema de los ferrocarriles en otros países, pueden ir dando una miradita a cómo lo hacen los suizos.

Miren en el sitio Swisstrains (puede demorar un poquito al cargar por lo complejo), y vean que pueden ver el mapa de Suiza como si fuese un mapa, con la imagen satelital, en la que podrán ver -si se acercan los suficiente- a los autos y la gente; en modo híbrido, donde además de la imagen satelital, se proyectan los nombres de las calles; o como un mapa sin detalle.

Y no sólo éso.

Van a ver unos circulitos rojos identificados con las letras IR, S, IC, que representan a las formaciones, moviéndose por la pantalla, indicando dónde se encuentran cada uno de los trenes.

Y como si todo esto no fuera suficiente, al pararnos sobre uno de esos circulitos, aparece informado qué tren es, de dónde partió y a qué hora; cuál es el destino y a qué hora llegará; dónde se encuentra y a qué velocidad va.

Cualquiera puede programar su viaje al minuto. y especular si va a llegar a tiempo a la estación para tomar el tren.

Tiene además arriba a la derecha un buscador de estaciones y trenes inteligente, que les permite buscar los datos, ofreciendo alternativas a medida que se escribe.

¡Todavía no lo puedo creer!

¿Estaremos muy lejos de algo así?

¿Podrán mis choznos ver en Argentina lo que estoy viendo en Suiza?

¡¿WTF?!

Todo el mundo sabe que hay cosas en el hogar que son para que las usen los hombres; como por ejemplo: equipos de audio de 123 canales, televisores satelitales de 1234 canales, computadoras pentium 5 triple core penta turbo, etc.

Hay por supuesto otras que son para las mujeres: planchas con selectores para 25 tipos diferentes de planchado, máquinas de coser que bordan, pegan botones, tejen, y hasta te hacen zurcidos invisibles; y no hay que olvidarse de los complejísimos lavarropas automáticos, que de automáticos no tienen nada, porque hay que saber, entre otras cosas, cuánta ropa y de qué tipo se pone y cómo se la quiere lavar, además de saber qué ropa va con cuál para que no destiñan, etc.

Como por estas tierras en poco tiempo más celebraremos el día de la madre -tercer domingo de octubre-, se me ocurrió comprarle (de parte de mis hijos, ofcors) un electrodoméstico a mi esposa.

Ya que tengo un hipermercado Wal Mart cerca de casa, me di una vueltita por la parte de electrodomésticos para ver lo que le podía regalar.

Quedé tan confundido con las nuevas tecnologías, que ahora no tengo ni la más pálida idea de qué puedo comprarle.

Me gustaría saber qué opinan ustedes sobre qué puedo regalarle. He sacado (casi robado) unas fotos para poder pedirles a ustedes que leen mi página un consejo.

¿Exprimidores, tal vez?

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Licuadoras no estaría nada mal, me parece.

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Podría ser una nueva plancha, por ejemplo.

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Una buena aspiradora es otra de las opciones.

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O un buen horno a microondas.

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En realidad, me encuentro tan confundido que ya no sé siquiera si quiero regalarle algo.

Aunque mis hijos me tranquilizaron diciéndome que quizás no sea yo el único que está «algo confundido».

El muerto y el degollado

Leyendo el diario Clarín de hoy, me encuentro con la carta de un lector que se asombra de las condiciones de vida en la Argentina.

Juan Gómez Povina vive en Miami, Estados Unidos de Norteamérica.

Opina desde lejos y mal

Así se vio la carta en el diario:

y aquí la carta online.

Quisiera responderle haciendo una referencia al título de este post.

Este es un claro caso en el que el muerto se ríe del degollado.

Se asombra de la poca moral que hay en la Argentina. Se espanta de que se le tiren piedras a la policía. Y remata su asombro hablando de derechos humanos.

Cuando alguien pierde el contacto con lo cotidiano, suele ser catalogado en este país de vivir en un frasquito.

Por lo menos a través del vidrio algo se puede ver. Este muchacho vive en una lata de duraznos y para más, enterrada.

¿No se dio cuenta en qué país vive él?

Le voy a dar unas pistas para que vaya dándose una idea:
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