Poco después de publicado este post, festejará sus primeros 200 años de vida con un gobierno propio.
El 25 de mayo de 1810, los argentinos, que estábamos gobernados por un virrey en representación del rey de España y que Napoleón había destituido y encarcelado, decidimos que ya que este virrey no representaba a ningún gobierno español, bien podía cambiárselo por una junta de gobierno compuesta por argentinos.
Fue el principio de la independencia de Argentina que se formalizó 6 años después, el 9 de julio de 1816 con el Acta de la Independencia firmada en la provincia de Tucumán.
Los festejos del bicentenario comenzaron el viernes 21 y concluirán mañana, 25.
Millones de personas han participado de la celebración en la Avenida 9 de Julio, que tiene 100 metros de ancho y permitió la instalación de escenarios y gigantescos stands para mostrar qué tiene cada provincia y qué ha hecho el país en justicia, ciencia, derechos humanos y dos importantísimos stands que fueron destinados a las Madres de Plaza de Mayo, que lucharon contra la última dictadura militar (la más sangrienta y cruel de nuestra historia) y a las Abuelas de Plaza de Mayo, que a la fecha han recuperado 101 hijos indebidamente apropiados a sus asesinados padres por gente de la dictadura, aunque falten muchos más por encontrar todavía.
Los festejos se llevan a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, sede del Gobierno Nacional y del -como es lógico- Gobierno de la Ciudad.
El intendente de Buenos Aires, eufemísticamente llamado Jefe de Gobierno, es un empresario, ex contrabandista, ex cuasi estafador (por obras en la localidad de Morón), ex presidente del club de fútbol Boca Juniors.
En estos momentos está esperando saber si la Justicia lo va a llevar a juicio oral y público por espionaje y en todas las entrevistas posibles, siempre acusó al gobierno de haberle armado el caso y de ser una pobre víctima.
En uno de tantos reportajes, para referirse a la presidenta, dijo: «la señora de acá enfrente», lo que motivó una reprimenda de su entrevistador, Matías Martins.
Invitó a la presidenta, Cristina Kirchner a la reinaugiración de una parte del Teatro Colón, y como era lógico, ella le contestó que había habido demasiados agravios hacia su persona de parte de él -Mauricio Macri- como para asistir, y que mejor invitara a personas que le fueran simpáticas.
Para Macri, ni la cultura, ni lo social, ni lo histórico tiene valor y lo ha demostrado con sus actos de gobierno y sus dichos.
Vean si tengo razón o no.
La Plaza de Mayo se encuentra rodeada de edificios bellamente iluminados, ya que fue allí donde se concibió la idea de Argentina como país independiente.
Pero hay un edificio que está a oscuras a la derecha de la Pirámide de Mayo…
Y es precisamente la Legislatura Porteña. La «casa de gobierno» de Macri.
Tal como afirmo en el título, a Macri le faltan luces.
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Despues de haber leido tantos talkbacks aparentemente pagados por alguien del gobierno es refrescante que alguien llame a las cosas por su nombre. Muy bien dicho Teresita