Los Nadie
Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, lo dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Gracias Hernán.
Excelente!!!
Orgullosamente digo que el autor es mi compatriota 😉
07h00 de la mañana : doy la mamadera a mi hijo. 07h30 : tomo el desayuno con mi esposa. 08h00 : despido a mi esposa que se va a trabajar. 08h15 : acuesto a mi hijo. 08h30 : enciendo mi PC y leo «Los Nadie», de Eduardo Galeano. 08h35 : soy un privilegiado de la vida. Soy alguien para mis hijos, mi esposa…Ellos son alguien para mi. Los amo y me aman…
Gracias, Eduardo, por describir tan justamente la triste realidad vivida cotidianamente por tantos millones de seres humanos, aqui y en todas partes. Gracias, Gustavo.Tu dolor es compartido.
Me hizo acordar a un epitafio que leí hace mucho en el Manual del Poder Joven (H.Van.Doren).
Está destinada a otros, quizás a quienes pensamos que los «nadies» no somos nosotros.
Hola Gustavo, como siempre EXCELENTE. Obviamente «comparto tu dolor», y no porque me den lástima «los nadie», sino porque creo que aunque nos dela y nos moleste, en esta sociedad capitalista TODOS SOMOS NADIE, todos somos apenas un número en una estadística, todos somos recursos humanos; y aunque suene feo y, por asi decirlo, lastime nuestra «calidad humana», no importa qué hagamos, qué digamos, qué pensemos, siempre seguiremos siendo un número más, que quizá con mucha suerte, valga la redundancia, cambie su suerte, aunque sólo lograremos cambiar de etiqueta, pertenecer a otro grupo más de números.